martes, 13 de marzo de 2012

LA CRUSIFICACION DE DIOS

Detalles de la crucifixión de Cristo

Según los Evangelios sinópticos, tras su detención Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote Caifás (según el Evangelio de Juan fue llevado primero ante Anás),[1] donde fue interrogado, según unos evangelios, por miembros del Sanhedrín; según otros, por allegados del sumo sacerdote.[2]
Luego de hallarlo culpable de blasfemia lo entregaron en manos de los romanos.[3] [4] [5]
A la mañana siguiente, pues los juicios romanos se hacían antes del mediodía, Jesús fue llevado ante ponsio  pilato el prefecto-procurador romano.[6] El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén, pues la jurisdicción correspondía al lugar de origen del acusado. Herodes lo envió de nuevo a Pilato al no hallarlo culpable de nada.(Lc 23:1-25). A pesar de lo anterior, Jesús fue condenado a morir en la cruz bajo el cargo de sedición, al considerarse que se había proclamado rey, por la aplicación de la Lex Iulia Lesae Maiestatis  Antes de su ejecución se efectuó en cristo el cruel preludio de la flagelación. Una revista de la Asociación Médica Estadounidense, “The Journal of the American Medical Association” describe así la práctica romana: “Por lo general el instrumento que se usaba era un látigo corto (flagelo, flagra horrible) con varias tiras de cuero sueltas o trenzadas, de largo diferente, que tenían atadas a intervalos bolitas de hierro o pedazos afilados de hueso de oveja [...] Cuando los soldados romanos azotaban vigorosamente vez tras vez la espalda de la víctima, las bolas de hierro causaban contusiones profundas, y las tiras de cuero con huesos de oveja cortaban la piel y los tejidos subcutáneos. Entonces, a medida que se seguía azotando a la víctima, las heridas llegaban hasta los músculos esqueléticos subyacentes y producían tiras temblorosas de carne que sangraba”. 
No se sabe cuantos latigazos recibió Cristo, pues según la costumbre judía solo se daban 39 golpes, mientras que los romanos solían flagelar mucho más. La humillación de Cristo, lo que incluyó que lo disfrazaran de rey con un manto rojo, una caña en su mano derecha a manera de cetro y una corona de espinas, parece seguir una costumbre de las legiones que escogían a un esclavo en las saturnales de fin de año, para vestirlo de rey, humillarlo y luego sacrificarlo. Los soldados romanos le escupieron y golpearon. Se burlaban de él diciendo: «Saludos, rey de los Judíos».[7]
Fue obligado a cargar la cruz en la que iba a ser crucificado hasta un lugar llamado Gólgota (Gûlgaltâ), que significa, en arameo, «lugar del cráneo». Le ayudó a llevar la cruz un hombre llamado Simón de Cirene. Fue crucificado entre dos ladrones.[8   

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